miércoles, agosto 09, 2006

LOS PRIMEROS AÑOS


Siempre quise escribir una pequeña recapitulación de mi vida, nunca me pareció demasiado difícil, eso es si no tomo en cuenta el tiempo que tengo que invertir en hacerlo, tiempo que muchas veces prefiero utilizar en otras tareas tal vez no tan enriquecedoras pero necesarias como dormir, comer, dormir, ver tele, leer y soñar. Soñar es lo mejor que tengo en la vida (a parte de Andrés), es mas tengo un cartel en la puerta de mi cuarto que dice “soñar es lo mas importante en mi vida“, este anuncio lo puse a partir de que mi hermano tomó como costumbre despertarme a las 3 am para pedir cigarros y aunque no solucionó completamente el problema se que ahora él ve el letrero y lo piensa un poco antes de “inoportunarme” con su vicio.

Quiero escribir el resumen de mi vida para descubrir cosas acerca de mí que están ahí pero que por alguna razón no puedo ver, esto me servirá para reconfirmar una vez más que todo absolutamente todo pasa por algo y que hay que estar atento a las señales.

Empezaré por el comienzo para no irnos en desórdenes cronológicos que sólo confunden y a veces no aportan nada.
El primer recuerdo que tengo es haber estado cantando con mi mamá en el carro mientras regresábamos de la casa de mis abuelos que quedaba en La Molina (la que ahora es mi hogar), tenía 3 años creo y en ese tiempo La Molina era lejasos, podíamos cantar miles de canciones en el camino, es increíble como la distancia se acorta al pasar los años, “yo tengo unos ojos negros quien me los quiere comprar, los vendo por hechiceros, porque me han pagado mal” eso cantábamos y recuerdo que mientras escuchaba a mi mamá imaginaba a un cuervo gigante parado en el panel de la esquina, esa esquina donde ahora está el grifo Shell- Primax probablemente el mas caro de todo Lima.
Ese debe ser uno de mis primeros recuerdos, antes de que naciera mi hermano.

Mis padres dicen que el nacimiento de Fernando me emocionó mucho aunque le hacía la vida imposible (ahora él me la hace a mi) ¿Seguro no? una chibola de 3 años es invadida por un mocoso llorón que se roba toda la atención de los adultos, creo que es suficiente para desatar mis instintos destructivos primarios, y mis padres tan generosos para apaciguarme los celos me regalan una cartera de hello kitty el día en que nació, me dijeron que era un regalo que mi hermano me había traído, ¿de donde? eso si no lo sabía, me gustaba la cartera aun cuando nunca había visto a hello kitty, es mas creo que ese programa nunca llegó acá pero igual se puso de moda, ¿quien entiende eso?, la verdad yo nunca estuve muy enterada de esas modas de niñas, yo usaba mi lápiz mongol naranja y pa’ concha lo perdía. Bueno de todos modos la cartera no duró mucho porque la perdí en el patio del agrupamiento donde vive mi abuela materna, lugar en el que jugaba con mis amigos del barrio todos los viernes. Pero volviendo al tema, ¿Una cartera? ¿Que querían decir mis viejos? ¿Que como ahora tengo un hermano menor ya soy grande? Pero ¿Quién quiere dejar de ser niño a los 3 años? Bueno pensándolo bien probablemente todos, que idiotas al creer que al ser grandes se nos iban a acabar los problemas porque podríamos tomar nuestras propias decisiones, claro que en ese entonces las máximas decisiones que teníamos que tomar era a que hora dormir, que ver en la tele y que comer, probablemente yo hubiera visto tele hasta tarde y no dormido en toda la noche, hubiera salido a la calle a conversar con toda la gente que se me cruce y hubiera aceptado caramelos de extraños sobre todo esos que dicen que tienen stickers que si te los pegas te drogan y te vuelves adicto y te mueres, yo nunca los vi, ese mito urbano que te espanta de niño pero a la vez te atrae, como el de aquellos hombres que se roban los ojos y la lengua de los niños para venderlos en Chile, ¿Porqué demonios nos inventan tanta huevada, debe ser difícil ser padre y vivir con el miedo de perder a tu hijo y por eso idean historias ridículas para justificar su sobreprotección, imagínate perder un hijo debe ser terrible, pero a mi me han perdido tantas veces, claro que siempre volví, aun esa vez en que mi hermana no se dio cuenta que iba atrás de ella caminando o quizá yo caminaba muy lento porque tenía 2 años y me dejó en la calle y cerró la puerta de la casa conmigo afuera y cumplí mi sueño, salí a pasear por el agrupamiento completamente sola y libre, fue sólo después de una hora en que mi hermana terminó de ver su especial de menudo que se dio cuenta de que yo no existía, me perdieron, nadie sabía donde estaba, imagínense a mi mamá cuando Úrsula le dijo que no estaba con ella y mi mamá que nos había visto salir juntas, me perdieron como si fuera una pelota, como si fuera un lapicero o un lápiz mongol, me perdieron, pero ¿Cómo reemplazas a una hija y como reemplazas a una hija como yo?, aunque ahí todavía no sabían en la hija que me iba a convertir, en fin después de dos horas en que todos los vecinos se unieron solidariamente en búsqueda de la niña perdida me encontraron sentada en una escalera conversando con una chica que al verme sola me acompañó esperando que alguien viniera a buscarme, y en buen momento me encontraron porque esta chica ya me estaba llevando al puericultorio de San Felipe, lugar al cual después de 6 años yo iría de visita con mi prima Pamela y mi amiga Gilda a llevarle lindos regalitos a los niños en tubos de papel de baño decorados con diversos animalitos, imagínense si hubiera terminado ahí y mi prima y mi amiga me hubieran encontrado, ¿Me habrían reconocido?

Pero regresemos a mi infancia, de la cual no hay mucho que decir porque llega un momento en que no sabes si los recuerdos que tienes son reales o son recuerdos de las historias que te cuentan, en todo caso dicen que fui una niña alegre y muy activa, como la mayoría de niños me imagino, aunque quizá un poco más.
El nido es la primera institución donde uno entra y quizás del nido en que estés depende todo tu futuro, tal vez ahí te den la base para lo que va a ser tu vida en las demás etapas de tu crecimiento o tal vez no, mis recuerdos del nido son las escapadas de clases todos los días, y ¿Cómo es que una maestra no se da cuenta de que una alumna ha desaparecido? yo creo que no les importaba pero ¿Porqué sólo yo? ¿Porqué los demás niños si tenían que permanecer en clases mientras yo me iba a un salón gigante lleno de lavadoras, secadoras y cosas así de madera para jugar? recuerdo haber estado escondida ahí por horas hasta que acababan las clases, pero no recuerdo que pensaba o que hacía. A veces tenía compañía, recuerdo un niño en especial que me gustaba, ahora pienso en mi sobrino de 4 años y no puedo imaginar que sea capaz de sentir lo que yo sentía por ese niño, un niño sintiendo la necesidad de ver a otro y llenándose de energía cada vez que el estaba cerca, no se quien me habrá dicho que si me gustaba tenía que besarlo y me la pasé todo el año persiguiéndole para darle un beso, probablemente desde ahí empezaron los problemas en mis relaciones, el chibolo se escondía de mi pero yo convencida de que si me quería. ¿Que será de él ahora? Después de 19 años conversé con el, en realidad sólo chateamos unas cuantas veces pero nunca mas lo volví a ver, o tal vez si pero no lo supe.
Pero en general me divertí, participé en todas las actuaciones hasta en las que no debía, bailé todo tipo de música desde ballet hasta Rafaela Carrá, a los grandes les encanta ridiculizarnos para alegrar su triste vida, ¿Algún día seré así? No se debe tratar a los niños como un juguete, ni tratarlos como si no entendieran lo que pasa a su alrededor.

8 Comments:

At 10 agosto, 2006, Blogger Ursula said...

A mí me dieron un llavero de Pitufo cuando nació Fer, o cuando naciste tú??, ya ni me acuerdo... Tú de niña eras una bala, andabas desapareciendote, te descuidabas un segundo y ya te habías ido Dios sabe donde. En la playa, en el Regatas, en Risso. Me acuerdo muy bien la vez que desapareciste en Risso, fue bien feo, creo que tenías menos de 2 años, porque yo tenía 9 y lo último que quería en mi vida era tener la responsabilidad de cuidar a una hermanita que me perseguía por todos lados, esa vez ni cuenta que andabas detrás mío, pero como tú siempre fuiste una bala en vez de regresar donde la mamá te fuiste a explorar por ahí, de verdad debes tener un angelito de la guarda bien grande, gracias a Dios te encontramos sana y salva...
Y yo pienso que a los niños no hay que tratarlos como tarados pero tampoco se les puede tratar como adultos porque no lo son, son niños pues... y es cierto yo también a veces me acuerdo de cosas que me han ocurrido cuando tenía 4 ó 5 años y veo a niños de esa edad y los veo tan chiquitos, no se, yo siempre me sentí grande, o creo que me criaron como grande desde siempre...
Besos

 
At 10 agosto, 2006, Blogger x1 said...

Bueno, x lo que cuenta Ursula (más tu relato Jimena), puedo deducir que si, eras una niña medio hiperactiva... es curioso ver como ahora por lo que cuentas prefieres salir y regresar temprano, descansar, como que las pilas se te fueron en tu movediza niñez.

Creo que a los niños hay que explicarles las cosas gradualmente. No puedes esperar que todo se lo digan como a los adultos, sería super difícil. Sobretodo xq no podrían procesar tanta información, todo tiene su tiempo, no?

 
At 10 agosto, 2006, Blogger schatz67 said...

Mmmmmm.

Otra vez el rollo de padres e hijos que tocamos alguna vez en el blog de Ursula.

Desde mi perspectiva de padre te puedo decir que las dos tareas más dificiles de un padre son aprender a conocer a tus hijos y aceptarlos finalmente como son. Todo lo demás son obligaciones cotiianas o normales.Lo que yo considero que es fundamental es tratar de saber que hay en la cabecita que haz traido al mundo y más dificil aún, aceptarlo y ayudarlo a que se desarrolle de acuerdo a sus tendencias naturales y no a las que nosotros tenemos "planeadas" para ellos.

Mi hija es un poco especial, bastante en realidad y me imagino que así debes haber sido tu de pequeña. Mucho de tu tendencia de ir siempre a contracorriente puede partir del hecho de haber sentido que tu voz no era escuchada adecuadamente en tu niñez. A mi también me pasaba lo mismo de chico.Y me sentía medio marciano, me quería evadir de el medio donde me desenvolvía.

Son un poco difusas tus memorias.Pero se entiende a la perfección el sentido que le quieres imprimir al comentario.

Saludos pankekes

Schatz

 
At 10 agosto, 2006, Blogger Marea said...

Qué buen recuento, a mi no me dieron nada cuando nació mi hermanito.

 
At 10 agosto, 2006, Blogger Rolando Escaró said...

creo que la perspectiva de hijo cambia cuando nos convertimos en padres, recien entonces toda precaución deja de ser carente de sentido.
aun no soy padre, asi que también me sigo preguntando para que diablos me repetian la historia esa del gringo que se robaba los ojos de los niños y los vendia en europa

 
At 10 agosto, 2006, Blogger Alfredo said...

digler se cambio de avatar?

les encanta ridiculizar a los chibolos...eso es de siempre

y no solo a los bebitos... a las mascotas tambien... poniendo disfrazes por ejemplo

 
At 10 agosto, 2006, Blogger viajera said...

Hola Jime,
Me encantaron tus memorias... Creo que debes seguir escribiéndolas. Pucha, que le has heredado todo el estilo a tu nonno. Me gusta. Me gusta mucho. Parece una novela. Bueno, si es x falta de tiempo deja de ver algo de TV :)
Besos,
Vero

PD: A mí también me perdieron unas cuantas veces. Creo que es normal. Lo que sí, nunca perdí a mi hermanita. Nos perdíamos juntas jajaja!

 
At 20 noviembre, 2009, Anonymous Anónimo said...

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